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La Fernandina - Desde Cienfuegos, Patrimonio Cultural de la Humanidad

Patrimonio

La Punta.

La Punta.

Vernáculo, en el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española se refiere a doméstico, nativo, de nuestra casa o país; en el ámbito de la arquitectura, lo vernáculo no sólo distingue valores o características del patrimonio edilicio local o regional, sino que identifica lo más auténtico, lo más nacional y, por consiguiente, identitario. En el caso específico de Cienfuegos, la arquitectura vernácula se relaciona, sobre todo, con esas construcciones domésticas que, a pesar de las inclemencias del tiempo y los agentes erosivos naturales, permanecen en pie, en la zona meridional de la actual ciudad, dígase el barrio “La Punta”, cuyas características distintivas revela la Licenciada María Dolores Benet, profesora de la Escuela de Oficios para la Restauración “Joseph Tantete”: “aquellas familias burguesas, de comerciantes, adineradas que vivían en el área fundacional, cuando empieza a incrementarse la población se van trasladando hacia otros espacios citadinos, y esta zona de playa, descanso y veraneo se empieza a parcelar, finales del XIX, principios del XX, con algo, también singular y atípico: esa arquitectura en madera, de marcada influencia norteamericana, caribeña pero con el sello vernáculo cubano. Muchas de estas viviendas que, aún existen, se encargaron al sur de los Estados Unidos, desde la zona de Louisiana; se trajeron en barco y se ensamblaron en ese espacio que, desde el año 2000, ostenta la condición de Monumento Nacional por ser el conjunto mejor conservado en madera, en el país.”
Para algunos, quizás resulte contradictorio el hecho de que tanto el estilo como la procedencia de los materiales que dieron forma a la barriada, fueran foráneos, lo cual no se apega, precisamente, al significado de vernáculo: nativo, de nuestra casa o país; sin embargo, para entender el porqué se relaciona a “La Punta” con tal categoría del patrimonio construido, es preciso pensar en lo que tal conjunto histórico representa, más allá de su expresión tangible: y es que resultaría innegable, en el caso de una ciudad como Cienfuegos, pensar en “La Punta” desligada del mar y del mágico ambiente que envuelve la vida cotidiana, antes y ahora de este singular espacio citadino, a propósito de cual acota el investigador sureño, Licenciado David Martínez: “Serafín de Mazarredo fue una persona que vivió en La Punta y en sus crónicas del olvido, “Punta Gorda del olvido: de ayer a hoy”, él narra cómo los niños por la tarde esperaban a sus padres que llegaran en los botes a los muelles de las casas; recrea esa vida de La Punta, cómo las personas, a pesar de no ser familias, tenían una gran unidad, disfrute y sentido de pertenencia por ese espacio singular de la ciudad.”
A propósito de “singularidades”, “La Punta” acoge la construcción más meridional de la ciudad: “este kiosko, como también se le puede llamar, es la construcción más al sur de Cienfuegos; si usted viene por barco, es lo primero que se va a encontrar, desde donde se puede apreciar una puesta de sol divina; un lugar muy romántico, quizás influenciado por el músico Tomás Tomás D´Clouet, familia del fundador de la Colonia, y quien compra el último lote del área, el más al sur, probablemente quien la levantó y la disfrutó. En las narraciones de Serafín de Mazarredo se describe como un kiosko faro que, por la noches, servía de guía a los navegantes que venían hacia La Punta”, precisa el investigador David Martínez.
Vernácula, auténticamente cienfueguera, más hermosa por añadidura de los años, lo cierto es que en “La Punta” se sintetiza, quizás como en ningún otro espacio de la ciudad, la relación indisoluble del local con la vida marinera; mar que no sólo es para el centrosureño como lo fue para el indocubano precolombino, fuente de alimentación, sino amigo, confidente o casi siempre, protagonista de su universo espiritual. Por si no bastaran estas razones, pongamos atención a un fragmento de la cardinal Recomendación Relativa a la Salvaguardia de los Conjuntos Históricos y su Función en la Vida Contemporánea, de 1976, donde se afirma: “En una época en que la creciente universalidad de la técnicas de construcción y de las formas arquitectónicas, presentan el riesgo de crear un medio uniforme en todo el mundo, la salvaguardia de los conjuntos históricos puede contribuir (…) a mantener y desarrollar los valores culturales y sociales de cada nación, así como el enriquecimiento arquitectónico del patrimonio cultural mundial”.




Todas las noches cienfuegueras son de luna

Todas las noches cienfuegueras son de luna

Foto Juan Carlos Bocanegra

La canción “Luna cienfueguera” fue cantada, por primera vez, en el Ateneo del Teatro “Tomás Terry”, el 7 de diciembre de 1947 e interpretada, en público, por la Banda Municipal de Conciertos, en el parque José Martí, un 17 de enero de 1949. (P) Actualmente está considerada como un símbolo identitario de la cienfuegueridad y patrimonio musical del terruño natal de su autor.
    “Luna cienfueguera” fue compuesta por José Ramón Muñiz Carballo una noche en el muelle Real, mientras contemplaba el baile de las lucecitas de los barcos camaroneros. De los pescadores camaroneros de Cienfuegos diría el poeta: “ballet de eternos mal ratos que bailan los pescadores casi siempre sin zapatos” y junto a los barquitos, como permanente centinela, aparecía la Luna, blanca, helada, como si destilara miel y inseparable compañera de aquellos hombres sencillos que constituían un elemento irrevocable del paisaje marinero de la ciudad de antaño.
    José Ramón Muñiz nació en Júcaro Quemado, Aguada de Pasajeros. Cuentan que este “Cienaguero”, escribió “Luna cienfueguera” con un pedazo de carbón, en el piso mismo del muelle. Numerosas agrupaciones cienfuegueras y cubanas han incluido en su repertorio este hermoso himno de amor a la “Perla del Sur” y respeto al trabajo de los hombres de mar; el arreglo más importante al tema fue realizado por el maestro Gonzalo Roig. “Perla del Sur”, “Hanabanilla”, “Rancho Luna”, “Noches Indias”, “Marilope” y “Leyenda de mi bahía”, también cuentan entre las composiciones del poeta, considerado el que más cantó a la ciudad y su gente, en el pasado siglo.

Cerámica catalana en Cienfuegos: el perfil ibérico de la ciudad.

Cerámica catalana en Cienfuegos: el perfil ibérico de la ciudad.

Foto: Nelson Costa


Hay preguntas que son engrane entre los presupuestos que articulan el pensamiento lógico en torno a un tema; hay otras que, fruto de la más pueril inquietud, constituyen punto de partida para una indagación más concienzuda. En el caso de los historiadores, unas y otras resultan imprescindibles en el proceso de escritura y reescritura constante de la historia.
Para el Licenciado David Martínez, pasar del silencio al ser interrogado sobre la escultura que remataba el pretil de uno de los más relevantes inmuebles del Centro Histórico Urbano centrosureño a la exposición enjundiosa sobre el tema,  demandó casi un año de búsqueda y recopilación de datos, contraste de fuentes, entrevistas y comprobación de hipótesis; el camino, aunque sinuoso y empinado, al principio, hoy descubre una interesante página de la historia local.
El intenso comercio que caracterizara al Cienfuegos del siglo XIX posibilitó,  desde 1865, la llegada de cerámicas catalanas a la península reconocida como “El puerto de Las Américas”; en ese mismo año se ubica la primera evidencia de su comercialización en la floreciente villa, cuyos espacios públicos acogerían muestras representativas de la hospitalense Can Barella. La publicación del Álbum Artístico de esta fábrica, bajo la denominación de Antonés y Cia, en 1863, constituyó el hilo de Ariadna para la identificación de una serie de piezas  que, tanto en Cienfuegos como en otras ciudades del país, forman parte de los entornos citadinos.
La coincidencia morfológica de las esculturas identificadas con la  marca “Fábrica de alfarería de José Antonés, en Hostafranchs”, propietario también de la bóbila l’hospitalense, con las figuras del  Álbum Artístico, del que donara copias facsimilares Doña María Apolonia Blázquez Pastor, demuestra el origen común de las piezas, a la vez que destaca la presencia, desconocida hasta el momento, de esta industria y abre nuevos caminos en el estudio de la cerámica catalana.

Ancladas con barras metálicas a los pilares de los pretiles de numerosos inmuebles cienfuegueros, algunas de las piezas identificadas por el Licenciado Martínez, especialista del Departamento de Investigaciones Históricas Aplicadas a la Arquitectura de la Oficina del Conservador de la Ciudad de Cienfuegos; otras, en un número no significativo, forman parte de la lista de exponentes que atesora el Museo Histórico Provincial, en las inmediaciones del Parque “José Martí”, en tanto, la mayoría de las inventariadas, a partir de las fotografía de época, casi todas de colecciones del patrimonio de familias cienfuegueras, han sido presa del inclemente paso del tiempo, la exposición permanente a la corrosión ambiental y la indolencia consecuente del desconocimiento del valor de tales muestras de la maestría artística y creativa
La pérdida progresiva de tales esculturas en el actual  paisaje urbano de Cienfuegos obliga a trazar una estrategia para su rescate, conservación y protección, por constituir valiosos exponentes de una ciudad Patrimonio de la Humanidad.

“Yo me pienso como cienfueguero… ¿y tú?”

“Yo me pienso como cienfueguero… ¿y tú?”

En apenas seis años, la otrora Colonia “Fernandina de Jagua” estará lista para festejar sus primeros dos siglos de historia, relato de vida artesonado en las fachadas y adoquines que como aedos de la memoria colectiva nos cuentan de la fabulosa e interminable sucesión de los días y las noches. Inquietudes, asombros miles, han guiado el curso de las acciones desarrolladas por la  Oficina del Conservador de la Ciudad de Cienfuegos, desde que  naciera el primero de diciembre de 2007, para consolidar la gestión restauradora y conservacionista de la única ciudad decimonónica de América Latina, “Patrimonio Cultural de la Humanidad”.
Más de uno, y hasta quizás en más de una ocasión, ha sido oyente o lector de las claras reflexiones de Eloy Viera en torno a la cienfuegueridad. Abril precisa y “Agenda Bicentenario”, Programa Cultural de la institución, propone en las páginas de su segundo número las consideraciones de este ferviente hijo adoptivo del terruño cienfueguero, para todos aquellos dispuestos a evaluar la cualidad de su ser social.
En abril del 2012, el colectivo de trabajo de Fernandina Radio, voz de la Oficina del Conservador de la Ciudad, recibió en su estudio a Eloy Viera y a Marta Vásquez Villavicencio; ambos respondían a la invitación de grabar uno de los programas que, facturados íntegramente desde Cienfuegos,  son transmitidos cada sábado,  a partir de las 5.00 pm,  a través de las frecuencias de Habana Radio, la voz del patrimonio cubano. Teniendo como tema para el intercambio de dicha emisión de “Quiero hablar contigo”, la cienfuegueridad, he aquí la transcripción de algunas de las intervenciones de Eloy, en torno al contenido:


“Cienfuegos se funda en el XIX pero es que ya los primeros planos los hicieron los hermanos Lemaur como parte de la Comisión de Guantánamo que dirigía el Conde de Mopox. Al verse los planos resulta impresionante la cantidad de fuentes, parques, paseos con que esos agrimensores dibujaron; parecía una premonición que, además, se cumplió, y Cienfuegos sólo estaba en miras históricas.”
 “En la fundación de Cienfuegos hubo un espíritu caballeresco (…). Cienfuegos fue arrasado en 1825 y llega a 1902 como una de las 4 ciudades más importantes; llegó a tener dos orquestas: una filarmónica y una sinfónica, y la primera imprenta que se estableció en Cienfuegos la trajeron de Trinidad. Sería interminable la lista.”
 “Si hubiera que conceptualizar la cienfuegueridad o ese espíritu de amor a la ciudad que hubo durante los 140 primeros años, se puede especificar en diversos aspectos: primero, un agregado de aportes diversos y numerosos, todos hacia el engrandecimiento de la ciudad; ese sentimiento recibía el respaldo de un ánimo popular, es decir, la gente reconocía una especie de aristocracia humana en aquellos que contribuían a la difusión de la cienfuegueridad y, por tanto, se convirtió, con el tiempo, en un tono espiritual que va más allá del prado más largo de Cuba.”
 “El día de la fundación, el 22 de abril, era una fiesta popular; primeras planas, prácticamente de todos los diarios. Todo el mundo lo sabía y se felicitaba. Los comercios se engalanaban para la ocasión. Había un espíritu.”
“Este es el testimonio de un jurista cienfueguero, Waldo Medina, colaborador de los principales diarios de La Habana y amigo del Ateneo de Cienfuegos; nos visitó varias veces. Después del golpe de estado del 10 de marzo de 1952, es separado de su cargo y despojado de su pensión. En tal situación escribe un artículo para Cienfuegos, una vez que llega el 22 de abril: La ciudad, linda y bien encuadrada ciudad, se ha echado a la calle  como todos los días para comprar su pan y su café de pueblo. No importa que se encienda o no el fogón humilde; siempre la gente bien alimentada en nuestro país fue minoría lamentable pero hoy, exactamente hoy, 22 de abril, algo va por el aire y está en las almas, que las hace sentir de una manera diferente a todos los días: no es contentura que baja de la barriga en afán nutritivo o sube del corazón primario y fiestador. El horno no está para roscas, dice el pro común de las gentes. No se trata de embullo bullanguero de voladores y dianas madrugadoras que con sus cornetas rompen el sueño lento y lo demás, para echar a perder, no se sabe hasta cuándo, el claro despertar del pueblo. ¿Qué es lo que pasa, entonces? Es muy sencillo, el Ateneo, verdadera casa de la cultura de la ciudad, hacedor de la buena tradición de un pueblo, ha convocado, como en otros años, a toda la ciudadanía para honrar y conmemorar la fecha de fundación de la urbe.”
“La cienfuegueridad es casi una nacionalidad, (…) Cienfuegos tiene escudo, tiene bandera, tiene acta de fundación, tiene hasta los restos de su fundador en su tierra, atributos locales…”
 “Eriberto Palenque escribió en 1957: El cienfueguero parece ser más francés en lo que tiene de maneras afables, discretas y académicas hasta que se les toca en las fibras de su cienfueguerismo religioso: parece indiferente y sufre con él quien crea encontrar aquí el ambiente criollo de expansión y guachinanguería de otras partes de nuestro país, juzgándolo orgulloso o, cuando menos, desdeñoso, y de inmediato se entusiasma con él, al verlo tan apasionado, tan solidario en la causa común, tan entusiásticamente cienfueguero que se transforma en la alegría de todos los triunfos cienfuegueros, esos triunfos de nuestra ciudad como cosa física y, también, como cosa espiritual y culta. ”

Monumento a los mártires del 5 de septiembre en el cementerio Tomás Acea

Monumento a los mártires del 5 de septiembre en el cementerio Tomás Acea

El Cementerio Tomás Acea cuenta con valiosos exponentes de la escultura funeraria, además de sus múltiples valores artísticos, históricos y ambientales. Al triunfo de la Revolución, el escultor cienfueguero Mateo Torriente Bécquer diseñó un sencillo monumento a los caídos en la acción del 5 de septiembre de 1957, ubicado en un lateral del acceso principal del cementerio, que no permitía su visualización. En el año 1977,  se decide la construcción de un mausoleo de mayor envergadura y trascendencia artística. Se escoge el área central del cementerio en el eje axial  de su monumental portada y se toman regulaciones que prevén las tradicionales peregrinaciones conmemorativas. El proyecto de ejecución de este monumento funerario fue encomendado al arquitecto Daniel Taboada y al escultor Evelio Lecour. Es una composición formada por un basamento de mármol que delimita el espacio, permite el acceso, y, en su parte central, sirve de contenedor a los osarios y de base, al elemento vertical, de forma triangular donde se inserta el conjunto escultórico de cobre martillado, con motivos figurativos humanos y de armamento.

Cerámica catalana en Cienfuegos: el perfil ibérico de la ciudad

Cerámica catalana en Cienfuegos: el perfil ibérico de la ciudad

Fotos: Nelson Costa


Hay preguntas que son engrane entre los presupuestos que articulan el pensamiento lógico en torno a un tema; hay otras que, fruto de la más pueril inquietud, constituyen punto de partida para una indagación más concienzuda. En el caso de los historiadores, unas y otras resultan imprescindibles en el proceso de escritura y reescritura constante de la historia.
Para el Licenciado David Martínez, pasar del silencio al ser interrogado sobre la escultura que remataba el pretil de uno de los más relevantes inmuebles del Centro Histórico Urbano centrosureño a la exposición enjundiosa sobre el tema,  demandó casi un año de búsqueda y recopilación de datos, contraste de fuentes, entrevistas y comprobación de hipótesis; el camino, aunque sinuoso y empinado, al principio, hoy descubre una interesante página de la historia local.
El intenso comercio que caracterizara al Cienfuegos del siglo XIX posibilitó,  desde 1865, la llegada de cerámicas catalanas a la península reconocida como “El puerto de Las Américas”; en ese mismo año se ubica la primera evidencia de su comercialización en la floreciente villa, cuyos espacios públicos acogerían muestras representativas de la hospitalense Can Barella. La publicación del Álbum Artístico de esta fábrica, bajo la denominación de Antonés y Cia, en 1863, constituyó el hilo de Ariadna para la identificación de una serie de piezas  que, tanto en Cienfuegos como en otras ciudades del país, forman parte de los entornos citadinos.
La coincidencia morfológica de las esculturas identificadas con la  marca “Fábrica de alfarería de José Antonés, en Hostafranchs”, propietario también de la bóbila l’hospitalense, con las figuras del  Álbum Artístico, del que donara copias facsimilares Doña María Apolonia Blázquez Pastor, demuestra el origen común de las piezas, a la vez que destaca la presencia, desconocida hasta el momento, de esta industria y abre nuevos caminos en el estudio de la cerámica catalana.

Ancladas con barras metálicas a los pilares de los pretiles de numerosos inmuebles cienfuegueros, algunas de las piezas identificadas por el Licenciado Martínez, especialista del Departamento de Investigaciones Históricas Aplicadas a la Arquitectura de la Oficina del Conservador de la Ciudad de Cienfuegos; otras, en un número no significativo, forman parte de la lista de exponentes que atesora el Museo Histórico Provincial, en las inmediaciones del Parque “José Martí”, en tanto, la mayoría de las inventariadas, a partir de las fotografía de época, casi todas de colecciones del patrimonio de familias cienfuegueras, han sido presa del inclemente paso del tiempo, la exposición permanente a la corrosión ambiental y la indolencia consecuente del desconocimiento del valor de tales muestras de la maestría artística y creativa
La pérdida progresiva de tales esculturas en el actual  paisaje urbano de Cienfuegos obliga a trazar una estrategia para su rescate, conservación y protección, por constituir valiosos exponentes de una ciudad Patrimonio de la Humanidad.

Cuidar el patrimonio: Deber de Todos

Cuidar el patrimonio: Deber de Todos

Foto:Juan Carlos Bocanegra
La agresión al patrimonio cultural de una nación ha sido legislada a través de convenciones y tratados, y de hecho en cada país se sanciona a quienes cometen este delito.
Intervenciones militares en varias áreas geográficas del mundo han sido inclementes e irresponsables ante los valiosos tesoros culturales que estas atesoran, y que propician el saqueo de valiosas colecciones que han sido legadas a la humanidad.
Precisamente el legado cienfueguero y la labor de preservación que en esta ciudad se realiza hicieron posible su declaratoria como Patrimonio Cultural de la Humanidad, y de hecho la creación de la Oficina del Conservador, que desde su fundación en el 2007, viene desarrollando a través de su área de comunicación, un trabajo educativo para propiciar en la población el conocimiento de los valores patrimoniales de la ciudad en que vivimos.
No obstante desde hace un tiempo vienen sucediendo hechos vandálicos que para nada tienen que ver con las intervenciones bélicas, sino, al poco interés que muestran individuos inescrupulosos por los sitios de valor patrimonial en la ciudad.
Hace pocos días, amanecimos con la escultura de nuestro sonero mayor Benny More, toda cubierta de mayonesa, mientras que aficionados al deporte lo practican en áreas del conjunto escultórico José Martí en el parque que lleva su nombre, provocando que la recién restaurada pluma que lleva el apóstol en la mano, fuera nuevamente destrozada, y con ello se echó por tierra el trabajo de restauración que recientemente recibió y todos conocemos que el mismo trae consigo ingentes esfuerzos para acopiar los materiales que se requieren, amén de los días bajo el sol que permanecen los especialistas encargados de esta labor, mientras que el Boulevard sureño despertaba cobijado de basura por el maltrato a las papeleras ubicadas en esta céntrica arteria de la ciudad
En varios espacios de nuestra medios de comunicación, hemos hecho un llamado a la población para que contribuyan al cuidado y preservación de ese legado cultural con que cuenta Cienfuegos, pero parece que aun no son suficientes, pues continúan las agresiones, es por ello que no nos cansaremos de continuar el trabajo de educación, pero urge la vigilancia en estos importantes sitios de la ciudad, aunando esfuerzos entre instituciones, organismos y consejos populares y llevar a vías de hecho lo que está legislado, sancionando a quienes cometen estos actos, pues lo que si no podemos permitir es que unos pocos destruyan ese patrimonio del que muchos cienfuegueros nos sentimos orgullosos.

“Lágrimas por Guanaroca”

“Lágrimas por Guanaroca”

Fotos: Nelson Costa
“El proyecto de la India Guanaroca es un viejo sueño cienfueguero que tuvo sus primeras ideas con el emplazamiento de la escultura de la víctimas del Mambí del destacado escultor cienfueguero Mateo Torriente, en la rotonda al final del Paseo del Pardo y la Avenida del Malecón que es nuestra bellísima rotonda de Punta Gorda. Este proyecto no se ejecutó porque la escultura es muy pequeña y no lograba el efecto deseado del cierre de perspectiva y otros requerimientos visuales que demandaba esta privilegiada área. En visita de Rita a nuestra provincia, a solicitud de José Ramón García Gil, presidente del gobierno en la provincia, se nos encomendó evaluar junto a ella el emplazamiento de una escultura suya, para que dejara su huella en torno a la leyenda de la india Guanaroca, tema que había desarrollado durante años de su carrera. Mi alegría fue inmensa al saber que ella había decidido que la acompañara en la concepción del proyecto.
 Fueron días intensos de creación, en los que ella solicitaba que nos encontráramos después de la 5 de la tarde; estábamos en una casa próxima al mar, donde la caída del sol era muy estimulante para el proceso creativo. Ella desarrolló algunas ideas que, inicialmente, desechamos porque no lograba lo que los cienfuegueros habíamos soñado pero ella siempre fue muy receptiva, supo en todo momento priorizar el resultado final de la propuesta. La búsqueda se encaminó, entonces, hacia una obra que resolviera las exigencias urbanísticas del entorno que la acogería: debía ser transparente, ligera, vertical para que lograra el cierre de la perspectiva, al tiempo que recreaba este importante fragmento del patrimonio intangible local.
Recordemos que ya Rita tenía algunos años, ya ella no trabajaba directamente, el barro no otros materiales pétreos o macizos sino que estaba explorando las estructuras laminares, auxiliada por un arquitecto que trabajaba con ella porque Rita modelaba pequeñas muestras tridimensionales, a escala; concepción básica que completaba el proyecto arquitectónico, de gran formato.
Una tarde, sin más, nos sorprendió con la versión que hoy vemos como la solución final. La obra civil comprende el tanque con la direccionalidad del torrente de los cuatro ríos que saldrían desde la güira, en la parte superior de la escultura, junto con toda la iluminación que exige ser rescatada, actualmente, y la vegetación propia de la zona. El trabajo de conjunto fue muy bello, aunque era la primera vez que yo trabajaba con ella; a partir de ahí, la relación permaneció inalterable para siempre.
A Rita la conocí en el año 1977, cuando se dio el primer encuentro en Las Tunas de la escultura, allí estaba Faure Chomon de Secretario del PCC, él propició todas las condiciones a los creadores que quisieran aportar una obra a la nueva provincia que nacía. Rita, por su parte, desde la presidencia del CODEMA (Consejo para el Desarrollo de la Escultura Monumental y Ambiental) convocó a arquitectos y escultores.
De la fuente nuestra, recuerdo vivamente la inauguración la noche del 10 de julio de 1988, ya concluida la reanimación de la zona, a la que Frank Iraola aportó el mural para uno de los laterales del paradigmático y famoso Restaurant “Covadonga”, la Meca de la paella en Cuba; desde ese momento la ciudad cuenta con un espacio privilegiado, balcón y escenario donde la brisa marinera, en las calurosas noches de verano, es lugar de encuentro para enamorados y citadinos en general, y es más, la India Guanaroca es la representación de Rita entre nosotros; un regalo espléndido de la excelsa escultora que, hasta hoy, no hemos agradecido lo suficiente.”

El insuficiente tamaño de la obra esculpida por Mateo Torriente, homenaje pétreo a las víctimas de la explosión del Mambí, convocó a Rita Longa para, de conjunto con el Arquitecto Irán Millán Cuétara, proponer una solución al cierre de perspectiva del Paseo del Prado y Avenida Malecón en la conocida “Rotonda de Punta Gorda”. (P) Los requerimientos visuales de tan privilegiada área de la ciudad fueron pautados por el actual director de la OCCC:
                   En julio de 1988 quedó emplazada en la cienfueguera “Rotonda de Punta Gorda” la escultura que, para algunos, sería el último trabajo de la renombrada artista cubana Rita Longa. (P) Recordatorio permanente de una de las leyendas fundacionales recopiladas por Adrián del Valle, hace ya más de un siglo, en el proyecto intervino el Máster Arquitecto Irán Millán Cuétara, actual Director de la OCCC. (TR) A través de su testimonio, así como de las consideraciones de la especialista María Dolores Benet, te propongo acercarte a este significativo hecho de la más reciente historia cultural centrosureña.
La fuente Guanaroca fue diseñada  por la reconocida escultora cubana Rita Longa  junto al Arq. Irán Millán,  en la que recrean la leyenda aborigen relacionada con la primera pareja  y el surgimiento de la especie humana. Está ubicada en la zona de Punta Gorda  en su extremo sur, en calle 37 y avenida 0, en el entorno del Palacio de Valle, el Hotel Jagua, y el restaurante Covadonga. Fue realizada en láminas de latón-bronce y tubos de bronce.
Tiene una  altura  de  5,30 metros, y el estanque 15 metros de diámetro. Fue inaugurada el 10 de julio de 1988 y contó con la presencia de su autora.


A su distinguido amigo  habanero, Sr. Adrián del Valle, remite Pedro Modesto Hernández la súplica de dar feliz término a la ingente labor de recopilación de apuntes sobre leyendas y tradiciones de Jagua  que han llegado a nuestros días en volumen reeditado 90 años después de aquel que viera la luz como parte de los memorables festejos por el centenario de la fundación de la Colonia “Fernandina de Jagua”. La misiva fue enviada  a escasos meses de la celebración (84 días, para ser exactos).
No obstante la premura, el literato del Valle dispensa a Modesto el gran favor de acogerlas bajo su protección, adoptándolas como hijas suyas, y vistiéndolas con el encanto que brota al correr de la pluma pues, para comprender el alma de los pueblos, es tan necesaria la investigación histórica de hechos y acontecimientos, instituciones y monumentos, como el estudio de mitos, leyendas, tradiciones, consejas, cantos populares, (…). En ellos está la infancia del pueblo, su poesía primitiva, la fuente de su sensibilidad, el origen de sus creencias y el germen de sus futuras aspiraciones.  
Entrega Adrián de Valle a los cienfuegueros el volumen “Tradiciones y Leyendas de Cienfuegos”, de la imprenta “El siglo XX”, en abril de 1919; más loable aún su gestión cuando al revisar los apuntes preliminares de la obra advierte: Ni siquiera debe atribuírsenos el mérito de la investigación y rebusca, que por entero corresponde al Sr. Pedro Modesto Hernández, cienfueguero de gran corazón, que siendo capaz de dar forma a las distintas tradiciones y leyendas por él con amor recogida, prefirió, apelando a la amistad, ponerlas en nuestra mano, confiando demasiado en nuestra habilidad y exponiéndose a ser defraudado en sus esperanzas.


La Leyenda de Guanaroca encabeza la lista de los primeros siete relatos de ascendencia indocubana recopilados por Pedro Modesto: Al sudoeste de la hermosa bahía de Cienfuegos, se extiende una laguna salobre, en la que derrama parte de sus aguas el río Arimao. (…) Según la leyenda siboney, la laguna de Guanaroca es la verdadera representación de la Luna en La Tierra [del Valle, 2009-11].
Incluido en el abundante inventario toponímico local, Guanaroca no sólo da nombre al accidente geográfico, actualmente Área Protegida y reservorio de natural de Flamencos Rosados, sino que, en la cosmogonía aborigen de la zona  esta figura femenina, la primera mujer creada por Maroya, la Luna, da lugar al nacimiento de la raza humana: de su unión con Hamao, el primer hombre, por el conjuro mágico de Huion, el Sol, nace Imao, el primogénito.
Guanaroca (…) puso en su hijo todo su cariño, y el padre, celoso, (…) concibió la criminal idea de arrebatárselo. Una noche, (…) cogió Hamao al tierno infante y se lo llevó al monte. El calor excesivo y la falta de aliento, produjeron la muerte de la débil criatura. Entonces el padre, para ocultar su delito, tomó un gran güiro, hizo en él un agujero y metió dentro el frío cuerpo del infante... [del Valle, 2009-12].

Oda a Cienfuegos

Oda a Cienfuegos

La ciudad de las cúpulas, aquella que nació rodeando un árbol de majagua y cuadriculando una península, cumple años cada veintidós de abril.

Olas de Marsillán, ustedes que la vieron nacer hace ciento noventa años, nunca imaginaron su colosal belleza llegada esta fecha, soberbia y vetusta, exhibiendo sus mejores galas, con una marilope entre sus cabellos, sentada a la sombra de una jagua, extendiendo su velo azul embrujando a los que la vivimos y cautivando a los que llegan.

Nació nuestra ciudad sobre un perfecto trazado ortogonal rectilíneo y simétrico orientado hacia los ejes cardinales, como un cuadrilátero de ajedrez, se colocaron el rey y las reina, que son el Cabildo y la Casa del Fundador, dos torres: la Catedral y el Palacio Ferrer; los alfiles: El Palatino y el Terry; como caballos los leones de la plaza, sus jinetes: Don Luis De Clouet y Félix Bouyón; completan el tablero las construcciones del entorno del Parque Martí como peones desafiantes de los siglos diecinueve y veinte.

Las raíces de la majagua continuaron extendiéndose, siempre de forma cuadrilátera, ahora con nombres ilustres: Santa Clara, Arguelles, San Fernando, San Carlos, Santa Cruz, Velazco, Santa Isabel, Horruitinier, Gacel, Cristina, el Paseo del Prado, columna vertebral de la ciudad, y que es el más largo de Cuba, engalanado por un precioso arbolado, todo un inigualable conjunto de valores en plena simbiosis con el mar, verdadero protagonista de su riqueza y singularidad física.
                                                                           
De ahí su reconocimientos nacional e internacional como La Perla del Sur y La Linda Ciudad del Mar.

Al transitar por las calles de esta ciudad se respira su espíritu citadino donde se evidencia claramente que su Centro Histórico del siglo diecinueve posee la mayor integridad, conservación y concentración tipológica de obras de valor patrimonial que lo hacen merecedor del reconocimiento Mundial.

Ciudad de columnas, de fachadas corridas, de largas galerías techadas, de arcadas romanas, de jugo de caña y sangre esclava, de leyendas y de historia, ciudad de rebeldía y tradiciones, coronada por miradores y cúpulas. Ciudad que cumplió ciento noventa años bañada por el salitre y las olas, vigilada desde la entrada de la bahía que le dio la vida, por una fortaleza de duros cañones y piedras y por su pueblo -- que pueblo---- orgulloso que sea nuestra, para cuidarla y conservarla, para mostrarla a los que llegan, siempre bella y reluciente como la más hermosa Perla.
               
Fernandina Cienfuegos, cuantos títulos has conquistado desde mil ochocientos diecinueve hasta la fecha: India de Jagua, condesa de la colonia, duquesa de la villa, reina de la ciudad y desde el dos mil cinco, Patrimonio Cultural de la Humanidad.

Lástima que por solo tener una vida, no pueda hacer más por ella.

¿Cómo se incorpora un sitio al Patrimonio Mundial?

¿Cómo se incorpora un sitio al Patrimonio Mundial?

El Centro Histórico de Cienfuegos cumplió el 15 de julio del 2009, el cuarto aniversario de ser declarado por la UNESCO Patrimonio Cultural de la Humanidad. Y muchos seguro se preguntan ¿Cómo se llega a alcanzar tan distinción?

Desde hace más de 30 años la Organización de las Naciones Unidas para la Cultura y el Desarrollo UNESCO trabaja con países de todo el mundo con el fin de determinar los sitios de valor universal excepcional y a la vez garantizar su salvaguarda para las generaciones futuras. Cientos de sitios culturales, naturales y mixtos han sido suscritos en la Lista del Patrimonio Mundial, cuyo esplendor enriquece nuestras vidas e ilustra la diversidad de nuestro planeta y de sus habitantes.

Incorporar un sitio al Patrimonio Mundial no es tan sencillo como parece. La carrera comienza cuando el país interesado debe unirse a la Convención sobre Patrimonio Mundial y comprometerse a proteger sus bienes culturales y naturales, además de realizar un inventario de los sitios considerados de valor universal excepcional para presentar la candidatura al Centro del Patrimonio Mundial de la UNESCO con un plan que explica en detalle cómo se administra y protege dicho sitio.  Posteriormente existen 3 órganos asesores que evalúan las candidaturas desde el punto de vista técnico que suministran al Comité sus evaluaciones de los sitios candidatos. Listo el expediente se presenta a la reunión del Comité Intergubernamental del Patrimonio Mundial para su aprobación. Y así es, por ejemplo, el 15 de julio de 2005 fue aprobado el centro Histórico Urbano  de Cienfuegos Patrimonio Cultural de la Humanidad bajo los criterios de ser una muestra importante del intercambio de influencias basadas en la ilustración española y ser un ejemplo excepcional y adelantado de su implantación en el planeamiento urbano desarrollado en América Latina en el siglo 19; además de ser Cienfuegos el primer y excepcional ejemplo de un conjunto arquitectónico representativo de las nuevas ideas de la modernidad, higiene y orden, en el planeamiento urbano desarrollado en la América Latina del Siglo XIX. 

Auque al parecer esta condición muestra la voluntad de realizar un juicio de clasificación ecuánime, es, de hecho, bastante delicado. Las primeras listas se establecieron en 1979, y se completan sin cesar y agrupa cerca de 900 bienes, de ellos 9 están en nuestro país, entre los que se encuentran el Centro Histórico de la Habana Vieja y su Sistema de Fortificaciones, Trinidad y el Valle de los Ingenios, Valle de Viñales y el más reciente el Centro Histórico de Camaguey.

Es comprensible que esta es una oportunidad que pocos ostentan, de ahí que todos los cienfuegueros debemos defender, cuidar y preservar ese simbolismo de identidad y cultura que caracteriza a la Perla del Sur. 

Una ciudad única: Cienfuegos

Una ciudad única: Cienfuegos

Según el Diccionario de la Real Academia Española el adjetivo único significa: Solo y sin otro de su especie. Singular, extraordinario, excelente. Palabras que describen definitivamente la ciudad de Cienfuegos. Sin lugar a dudas La Perla del Sur como también se le conoce, conserva particularidades que la hacen diferente del resto de las ciudades de Cuba y por hoy voy solo a mencionar dos.

Mucho antes de ser fundada, al centro y sur de la isla, y a 200 kilómetros de la capital del país, Cienfuegos ya disfrutaba de esta característica. En sus antecedentes figura el de haber sido fortificada mucho antes de que naciera, pues ya en 1745 la entrada de su bahía contaba con la Fortaleza de Nuestra Señora de los Ángeles de Jagua, construcción militar cuya función era proteger a la zona contra corsarios y piratas. Ya en 1827, 82 años después, y solo 8 luego de ser fundada la colonia, nuestra bahía de Jagua de 88 kilómetros cuadrados fue habilitada como puerto, convirtiéndose en el Gran Puerto de las Américas.

El hecho mismo de su fundación constituye otra de las peculiaridades de esta zona, pues la colonia Fernandina de Jagua es la única ciudad en Cuba que bajo el dominio de la Corona de España, fue fundada por descendientes de franceses lo cual se materializó el 22 de abril de 1819. Fernandina en honor al monarca español Fernando VII y Jagua, el nombre por el que llamaban los aborígenes a esta zona.

Don Luis De Clouet y Favrot, no imaginaba cuando leyó el acta que dejaba constancia de la existencia de la nueva colonia, que, casi dos siglos después, Cienfuegos contaría con cerca de 15 singularidades que la hacen muy particular al resto de las ciudades del país y puede ser que muchos de sus habitantes y quienes la visitan, no hayan reparado en ellas.

Cuando camine por sus calles puede observar el Arco de triunfo, los tres pares de leones, la catedral con sus dos torres asimétricas, o el Paseo del Prado, que es el más largo de Cuba, porque sus singularidades y muchos otros aspectos fueron tomados en cuenta para que el 15 de julio del 2005 recibiera la condición de Patrimonio Cultural de la Humanidad, por ser el primer y excepcional ejemplo de un conjunto arquitectónico representativo de las nuevas ideas de modernidad, higiene y orden en el planeamiento urbano desarrollado en la América Latina del siglo XIX.