Oda a Cienfuegos
La ciudad de las cúpulas, aquella que nació rodeando un árbol de majagua y cuadriculando una península, cumple años cada veintidós de abril.
Olas de Marsillán, ustedes que la vieron nacer hace ciento noventa años, nunca imaginaron su colosal belleza llegada esta fecha, soberbia y vetusta, exhibiendo sus mejores galas, con una marilope entre sus cabellos, sentada a la sombra de una jagua, extendiendo su velo azul embrujando a los que la vivimos y cautivando a los que llegan.
Nació nuestra ciudad sobre un perfecto trazado ortogonal rectilíneo y simétrico orientado hacia los ejes cardinales, como un cuadrilátero de ajedrez, se colocaron el rey y las reina, que son el Cabildo y la Casa del Fundador, dos torres: la Catedral y el Palacio Ferrer; los alfiles: El Palatino y el Terry; como caballos los leones de la plaza, sus jinetes: Don Luis De Clouet y Félix Bouyón; completan el tablero las construcciones del entorno del Parque Martí como peones desafiantes de los siglos diecinueve y veinte.
Las raíces de la majagua continuaron extendiéndose, siempre de forma cuadrilátera, ahora con nombres ilustres: Santa Clara, Arguelles, San Fernando, San Carlos, Santa Cruz, Velazco, Santa Isabel, Horruitinier, Gacel, Cristina, el Paseo del Prado, columna vertebral de la ciudad, y que es el más largo de Cuba, engalanado por un precioso arbolado, todo un inigualable conjunto de valores en plena simbiosis con el mar, verdadero protagonista de su riqueza y singularidad física.
De ahí su reconocimientos nacional e internacional como La Perla del Sur y La Linda Ciudad del Mar.
Al transitar por las calles de esta ciudad se respira su espíritu citadino donde se evidencia claramente que su Centro Histórico del siglo diecinueve posee la mayor integridad, conservación y concentración tipológica de obras de valor patrimonial que lo hacen merecedor del reconocimiento Mundial.
Ciudad de columnas, de fachadas corridas, de largas galerías techadas, de arcadas romanas, de jugo de caña y sangre esclava, de leyendas y de historia, ciudad de rebeldía y tradiciones, coronada por miradores y cúpulas. Ciudad que cumplió ciento noventa años bañada por el salitre y las olas, vigilada desde la entrada de la bahía que le dio la vida, por una fortaleza de duros cañones y piedras y por su pueblo -- que pueblo---- orgulloso que sea nuestra, para cuidarla y conservarla, para mostrarla a los que llegan, siempre bella y reluciente como la más hermosa Perla.
Fernandina Cienfuegos, cuantos títulos has conquistado desde mil ochocientos diecinueve hasta la fecha: India de Jagua, condesa de la colonia, duquesa de la villa, reina de la ciudad y desde el dos mil cinco, Patrimonio Cultural de la Humanidad.
Lástima que por solo tener una vida, no pueda hacer más por ella.
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