Cerámica catalana en Cienfuegos: el perfil ibérico de la ciudad
Fotos: Nelson Costa
Hay preguntas que son engrane entre los presupuestos que articulan el pensamiento lógico en torno a un tema; hay otras que, fruto de la más pueril inquietud, constituyen punto de partida para una indagación más concienzuda. En el caso de los historiadores, unas y otras resultan imprescindibles en el proceso de escritura y reescritura constante de la historia.
Para el Licenciado David Martínez, pasar del silencio al ser interrogado sobre la escultura que remataba el pretil de uno de los más relevantes inmuebles del Centro Histórico Urbano centrosureño a la exposición enjundiosa sobre el tema, demandó casi un año de búsqueda y recopilación de datos, contraste de fuentes, entrevistas y comprobación de hipótesis; el camino, aunque sinuoso y empinado, al principio, hoy descubre una interesante página de la historia local.
El intenso comercio que caracterizara al Cienfuegos del siglo XIX posibilitó, desde 1865, la llegada de cerámicas catalanas a la península reconocida como “El puerto de Las Américas”; en ese mismo año se ubica la primera evidencia de su comercialización en la floreciente villa, cuyos espacios públicos acogerían muestras representativas de la hospitalense Can Barella. La publicación del Álbum Artístico de esta fábrica, bajo la denominación de Antonés y Cia, en 1863, constituyó el hilo de Ariadna para la identificación de una serie de piezas que, tanto en Cienfuegos como en otras ciudades del país, forman parte de los entornos citadinos.
La coincidencia morfológica de las esculturas identificadas con la marca “Fábrica de alfarería de José Antonés, en Hostafranchs”, propietario también de la bóbila l’hospitalense, con las figuras del Álbum Artístico, del que donara copias facsimilares Doña María Apolonia Blázquez Pastor, demuestra el origen común de las piezas, a la vez que destaca la presencia, desconocida hasta el momento, de esta industria y abre nuevos caminos en el estudio de la cerámica catalana.
Ancladas con barras metálicas a los pilares de los pretiles de numerosos inmuebles cienfuegueros, algunas de las piezas identificadas por el Licenciado Martínez, especialista del Departamento de Investigaciones Históricas Aplicadas a la Arquitectura de la Oficina del Conservador de la Ciudad de Cienfuegos; otras, en un número no significativo, forman parte de la lista de exponentes que atesora el Museo Histórico Provincial, en las inmediaciones del Parque “José Martí”, en tanto, la mayoría de las inventariadas, a partir de las fotografía de época, casi todas de colecciones del patrimonio de familias cienfuegueras, han sido presa del inclemente paso del tiempo, la exposición permanente a la corrosión ambiental y la indolencia consecuente del desconocimiento del valor de tales muestras de la maestría artística y creativa
La pérdida progresiva de tales esculturas en el actual paisaje urbano de Cienfuegos obliga a trazar una estrategia para su rescate, conservación y protección, por constituir valiosos exponentes de una ciudad Patrimonio de la Humanidad.
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