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La Fernandina - Desde Cienfuegos, Patrimonio Cultural de la Humanidad

Edificaciones

Cementerio Jardín cumple 87 años.

Cementerio Jardín cumple 87 años.

Foto: Archivo de la Oficina del Conservador de Cienfuegos.

La cienfueguera necrópolis “Tomás Acea”,  único cementerio jardín existente en nuestro país, cumple OCHENTA y SIETE años este VEINTIUNO de noviembre, fecha que nicia el programa conmemorativo organizado por el Grupo Cementerios de la Oficina del Conservador de la Ciudad de Cienfuegos, al frente del cual se encuentra la licenciada Hilda Mola Trujillo quien cuenta la apasionante historia del octogenario camposanto centrosureño.  
-Nicolas Acea de los Rios, fue uno de los acaudalados benefactores de Cienfuegos, que tenia un hijo llamado Tomás Lorenzo, ese muchacho muere muy joven a causa de la tuberculosis y su padre, quiso dotar a nuestra ciudad de obras benéficas, por lo que con la fortuna que dejó se construye el colegio San Lorenzo, hoy secundaria básica 5 de Septiembre, en el local donde inicialmente se encontraba la casa de la familia Acea, el asilo para ancianos Nicolás Acea, donde hoy se encuentra el Hospital Pediátrico de Cienfuegos, y el cementerio que lleva el nombre de su hijo: Tomas Acea.-

Nicolás Acea, hasta hoy, se considera el principal benefactor de la ciudad, sin embargo, la construcción del cementerio que honra la memoria del hijo amado, fruto de su unión con Teresita Terry, es una obra que no vió en vida, así como tampoco reposan allí sus restos ni los del joven Tomás; otra intervención, entonces, resultaría determinante para llevar adelante el proyecto de dotar a la ciudad de un camposanto que solventara las necesidades funerarias de los cienfuegueros.
-La idea ya del cementerio es de Francisca Tostes, la viuda de Nicolas Acea, primeramente después de leer algunas de las cláusulas del testamento, se trasladan  a Brooklyn con los albaceas de la familia, donde están enterrados todos los Acea, y es que hay algo muy curioso ellos solamente ponen el capital, el dinero, para esta gran construcción que hoy prestigia nuestra ciudad. Inicialmente se planteaba hacer un monumento en Brooklyn, en el cementerio de Greenwood, donde están enterrados los Acea, y por problemas de espacio no se puede construir el panteón, y después de unos cuantos años deciden hacer el cementerio extramuros como una de las ideas más modernas en aquella época, que se atrasó  por razones testamentarios y de litigios familiares, y es en el año 1923 que se inicia la construcción del cementerio.-

Nacido el VEINTIUNO de noviembre de MIL NOVECIENTOS VEINTISÉIS, gracias al proyecto de otra renombrada figura de la época, el arquitecto Pablo Donato Carbonell, en el diseño y la estructura del camposanto “Tomás Acea” es posible advertir el respeto a las ideas de modernidad, higiene y orden que dieron lugar al nacimiento de la Colonia “Fernandina de Jagua”. Bóvedas, mausoleos y tumbas se integran armoniosamente al paisaje cuyo entorno se recorre a través de avenidas y calles con nombres de árboles que se extienden a lo largo de más de CIENTO SETENTA MIL metros cuadrados de superficie:
-Pablo Donato Carbonell fue el autor del proyecto del edificio administrativo, Cipriano Arena, el autor de toda la construcción del cementerio, en nuestra sala museo está el único busto que existe en Cienfuegos de Pablo Donato Carbonell. El edificio administrativo es de estilo clásico, con columnas dóricas, o columnas masculinas, que estaba muy de moda en aquel entonces, la edificación administrativa y el cementerio fueron construcciones que se hicieron al unísono.-


Uno de los mayores atractivos del Cementerio “Tomás Acea” es la espléndida edificación neoclásica que remite al Partenón griego y recibe a cienfuegueros y visitantes para quienes, el miedo a la muerte suele trocarse en admiración por aquellos que, antaño, concibieron tan digno lugar de descanso eterno. Hilda Mola, describe la majestuosa edificación:
-Este edificio tiene 64 columnas, 6 salones con diferentes usos, desde sus inicios hasta hoy, por ejemplo hay un salón donde se guardan todos los archivos del cementerio, de muchísima utilidad, desde el año 1926 hasta la actualidad, están las oficinas de la administración, una capilla, para aquellas personas que no quieran velar a sus fallecidos en el centro de la ciudad, y una sala para las autopsias para algunos casos, porque normalmente se hacen en el hospital, lo que quiero apuntar es que las mismas funciones para las cuales se construyo el edificio administrativo, se mantienen en nuestros días.


Para celebrar el OCHENTA y SIETE aniversario de la fundación del “Tomás Acea”, joya del arte funerario cienfueguero, Monumento Nacional y único de su tipo en el país, la Oficina del Conservador de la ciudad de Cienfuegos y su Grupo de Trabajo Cementerios, han organizado un programa de actividades con la participación de los habitantes de la comunidad aledaña al camposanto.

Vidrieras cienfuegueras: experiencia trasatlántica de ida y vuelta

Vidrieras cienfuegueras: experiencia trasatlántica de ida y vuelta

Fotos: Nelson Costa

Desde que en el 2004 se estableció la comunicación entre representantes de la Diócesis centrosureña y un grupo de especialistas ibéricos, la restauración de las pinturas emplomadas de la Catedral de Cienfuegos prometía convertirse en un sobresaliente capítulo en la trayectoria de “Vidrieras Barrio”, teniendo en cuenta que con ellas, su creador, el maestro vidriero Hessel, “recupera el sentido medieval de estas obras y lo actualiza dentro del estilo romántico de la época en que fueron concebidas”, asegura Enrique Barrio, el menor de los cuatro hermanos que integran la nómina de la empresa española que, desde 1975, labora en la restauración y creación de vidrieras artísticas, tanto de carácter patrimonial como en edificaciones modernas.
Radicada en Burgos, España, “Vidrieras Barrio” da continuidad al oficio desarrollado por el taller de los Hermanos Moumesaint, en el neogótico París de 1860; así, herederos de una antiquísima tradición, pronto “empiezan a recibir encargos relevantes y  abrirse un camino destacado en el panorama vidriero español”. Justamente el prestigio y la experiencia del grupo dieron lugar a su llegada a Cienfuegos, luego de que, en el 2004, recibieran los primeros apuntes en torno al estado de los vitrales de la Parroquial Mayor: “Hasta que no se concluyen intervenciones más importantes dentro de la edificación no se da un impulso firme al proyecto de vidrieras. En el año 2012 nos llama Monseñor Domingo Oropeza para que, ya en Cienfuegos, se haga un estudio mucho más pormenorizado y una valoración de todas las necesidades de las vidrieras.”
Una vez en la Perla del Sur, al grupo encabezado por Enrique Barrios le resulta más fácil la evaluación de los daños: gran cantidad de pérdidas, inestabilidad de los paneles, carpintería deficiente y marqueterías visiblemente deterioradas, tanto por el paso del tiempo como por sucesivos eventos meteorológicos, nefasta combinación que da al traste con la pérdida total de, al menos, dos vitrales que requieren ser elaborados a partir de referencias documentales.
 “Las vidrieras las paga Eduardo Dorticós y Gómez de Ley, en 1869; sin dudas, tuvo que emplear una cantidad importante de recursos para traer estas vidrieras de París. No recurre a un taller cualquiera pues están realizadas en la casa Laurent Hessel, un vidriero muy reconocido de su época que interviene restaurando gran parte de las vidrieras francesas y, también, como creador de vidrieras nuevas. Un hombre con una carrera brillante, como pintor y vidriero. Tiene obras realizadas, tanto de restauración como de creación, en 52 departamentos franceses y en 12 países, así que no es de extrañar que tengáis unas magníficas vidrieras.”
Median apenas dos años entre la gestión de compra del Regidor del Ayuntamiento y la colocación de las primeras 13 “pinturas de luz” en la Catedral de Cienfuegos, para 1869 en obras; acciones, entre otras, que darían a la sede católica de la otrora Villa de Cienfuegos el aspecto por el que hoy se reconoce.
Dos óculos en el presbiterio, seis ventanas a cada lado de la nave central del edificio, así como una representación de Cristo Rey, en la fachada del poniente, integran el inventario de las añosas piezas, objeto de la cuidadosa y especializada atención de Enrique, Salvador y Vicente: “Es la primera vez que nos embarcamos en una aventura tan lejos de España en restauración; vidrieras similares a ésta sí que hemos trabajado, tanto en casas alemanas como francesas, chinas o conjuntos españoles. Éstas están en un nivel de deterioro avanzado (…); el reto más importante va a ser realizar las vidrieras que se han perdido pero esperamos estar a la altura de lo que corresponde con la catedral, primero, y con las obras que van a estar a su lado. ”
El capítulo dedicado a las vidrieras de la Catedral cienfueguera, dentro de la intervención integral de que es objeto el majestuoso edificio que domina uno de los laterales del Parque “José Martí” ha sentado las bases para el inicio de la formación de varios estudiantes de la escuela de Oficios para la Restauración “Joseph Tantete”, en el arte de la vidrieras artísticas, bien desde el ámbito de la labor reconstructiva, bien desde la actualización de los estilos clásicos, de manera tal que puedan ser nuevamente jerarquizadas como elemento decorativo: “Cuando se plantea este proyecto en base a esas necesidades que vemos en las vidrieras, nos parece que podría ser muy interesante que, en Cuba, se formara un taller de vidrieras y qué mejor oportunidad, ya que estamos aquí, aprovechar para impartir unos cursos a jóvenes cubanos que se puedan formar en el oficio. No es la primera escuela taller que dirigimos pues en Burgos, dentro de la catedral, también estuvimos en un proyecto similar, entre los años 96 y 98; también damos cursos, charlas, conferencias, participamos en simposios, congresos aportando nuestras experiencias en la conservación de vitrales.”
Arduas jornadas de trabajo comienzan a rendir frutos: más del ochenta por ciento de la vidriera sobre la entrada principal, una representación de Cristo Rey, se encuentra restaurada; listo el sistema de protección que será colocado a cada una de las piezas, a fin de evitar pérdidas en los conjuntos, naturalmente dañados por elementos ambientales como la presión, la salinidad, las altas temperaturas y la lluvia, entre otros; en formación aprendices del oficio de vidriero que garantizarán la conservación de los vitrales, una vez concluidas las acciones del grupo “Vidrieras Barrio”. Resta a los cienfuegueros de generaciones presentes y futuras atesorar tan preciosa heredad.

RESTAURANTE LA VERJA.

RESTAURANTE LA VERJA.

El actual inmueble cienfueguero, reconstruido en los primeros años del siglo XX, fue inicialmente una vivienda de madera y cubierta de tabla y tejas, propiedad del colono francés Luis Houard, levantada en solar entregado a éste por el fundador Don Luis De Clouet en 1825. Hacia 1829 pasa a manos de Emilia Houard, hija del dueño, quien contra matrimonio con  Isidoro Fernández Cavada y Díaz de la Campa. En ella nacieron Emilio (1831), Adolfo (1833)
y Federico (1839) los dos últimos, ingenieros militares que  participaron en la Guerra de Seseción norteamericana y regresaron a Cuba para incorporarse a la Guerra de los Diez Años. Federico Fernández Cavada también es reconocido como uno de nuestros más importantes artistas de la plástica y algunas de sus obras se encuentran en el Museo Nacional de Bellas Artes.
La reconstrucción actual data de 1929, realizada a expensas de Adolfo Fernández Cavada Suárez del Villar. Las paredes son de mampostería, las cubiertas de azotea y madera y tejas, la pavimentación de mosaicos belgas y españoles en el patio central, que cuenta con una fuente surtidor.
En 1943  fue vendida al señor Calixto Gutiérrez; en 1950 la hereda su hijo Nicolás Gutiérrez Orfila quien residió en ella hasta abandonar el país en 1960.
El inmueble pasó a manos del estado cubano recibiendo diferentes usos políticos y sociales, fue la sede del primer comité de la Asociación de Jóvenes Rebeldes en Cienfuegos. A principios de 1970 se remozó para ser convertido en el restaurante La Verja, centro emblemático de la gastronomía en la Perla del Sur..

UN JARDIN PARA EL REPOSO ETERNO

UN JARDIN PARA EL REPOSO ETERNO

Construido en 1926, el cementerio Tomás Acea fue proyectado y ejecutado por el arquitecto e ingeniero civil Pablo Donato Carbonell y el agrimensor Luís Felipe Ros.  Constituye una valiosa muestra del quehacer constructivo de su tiempo en Cienfuegos y los conceptos norteamericanos más modernos respecto a las construcciones cementariales.
Considerado como cementerio-jardín, es el único de su tipo en Cuba que integra al paisaje los recintos funerarios  con el aprovechamiento
de la  topografía ondulada del terreno.  Posee un excelente edificio administrativo que presenta las formas eclécticas clásicas prevalecientes en la ciudad desde el siglo XIX.
Debe su nombre, Tomás Acea, a la memoria del hijo de Nicolás Acea de los Ríos, devenido en uno de los benefactores de Cienfuegos, al poner parte de su capital en beneficio de obras sociales en la ciudad.
Ha sido  sometido sistemáticamente a un proceso de conservación y reparación de sus diferentes componentes, no obstante  con motivo de conmemorarse el  aniversario 50 de la sublevación popular del 5 de septiembre de 1957, se incrementó este accionar, que permite constatar sus cualidades estéticas, constructivas y ambientales. Es uno de los Monumentos Nacionales de la provincia. Fue declarado Monumento Nacional en 1986.

JAGUA,PRIMER HOTEL REVOLUCIONARIO

JAGUA,PRIMER HOTEL REVOLUCIONARIO

Valioso testimonio de la arquitectura racionalista cubana que inició su construcción a fines de la década de 1950, con el propósito de fomentar una práctica turística instrumentada en las más importantes  regiones del país, basada en la creación de una red de casinos y hoteles que vincularan Las Vegas, Miami  Nueva York, el Caribe y Cuba, bajo los auspicios de la mafia norteamericana y el gobierno de Fulgencio Batista. Se ubicó en los terrenos del palacete de Acisclo del Valle Blanco, en Punta Gorda, privilegiada área citadina, cualificada por su entorno marítimo y valiosas edificaciones realizadas por la burguesía local.
El proyecto del hotel fue realizado por los arquitectos Eduardo Cañas Abril y Nujim Nepomechie, de la firma “Arquitectos Cañas Abril & Nepomechie”. Posee planta rectangular, siete niveles, seis de ellos para las habitaciones-dormitorios y el primero, destinado a vestíbulo, restaurante, cabaret, bar en el lobby, bar piscina y oficinas administrativas.
El 1 de enero 1959 la obra estaba en fase final de construcción y se inaugura el 31 de diciembre del propio año, para convertirse en la primera instalación hotelera que abre sus puertas tras el triunfo de la Revolución. Ha recibido huéspedes relevantes como Fidel Castro Ruz, Pierre Elliot Trudeau (Primer Ministro de Canadá), Antonio Agostinho Neto (Jefe de Estado de la República de Angola), Haidée Tamara Bunke Bíder (Tania la Guerrillera), Josephine Baker (vedette francesa), Hugo Rafael Chávez Frías (Presidente de la República Bolivariana de Venezuela) y otros. Funciona como sede de trabajo del Jurado Casa de las Américas, para el Premio anual que otorga esa importante institución cultural y celebró la XIV  Cumbre de PetroCaribe.
Tras diversas acciones de rehabilitación, obtuvo Mención en la categoría de Restauración en el concurso nacional auspiciado por el Consejo Nacional de Patrimonio Cultural en el año 2007.

 

El Palo Gordo (Sede de la O.C.C.C)

El Palo Gordo (Sede de la O.C.C.C)

En el Bulevar de Cienfuegos, en la esquina de San Fernando y Hurruitinier, existe un inmueble que puede considerarse, si no el único, al menos uno de los pocos de la ciudad que desde su creación hasta la fecha ha realizado la misma función social, comercio: actual Tienda “La Principal”.

Pero como todo tiene sus antecedentes, la historia comienza cuando en 1822 Carlos Genaro, funda “El Palo Gordo”,  señalándolo como el primer establecimiento comercial de Cienfuegos. La institución fue una de esas casas que hacen época no solo por su antigüedad en el giro, sino por la forma de proyectarse en la sociedad, por la calidad de sus productos y por el fastuoso inmueble que ocupaba; allí se podía encontrar mercancía para todos los gustos y de diferentes precios, asequibles a todas las capas de la sociedad de consumo. El Palo Gordo alcanzó fama a todo lo largo del territorio de la antigua provincia de Las Villas y llegó a convertirse en uno de los más temibles rivales del giro con quien tenían que luchar sus similares de la capital. Pero tal majestuosidad se desploma cuando el 8 de noviembre de 1912  se desata un incendio en el edificio y aunque las fuerzas de la policía y los dependientes trataron de salvar la mayor cantidad de mercancía posible, la edificación queda prácticamente en ruinas.

A partir de aquel entonces el impulso cobra valía y este inmueble es reconstruido con nuevos cánones estéticos atribuido, según especialistas, al arquitecto cienfueguero Pablo Donato Carbonell en apenas un año y seis meses e inaugurado el 4 de julio  de 1914, con un servicio de tienda y almacenes en la planta baja, residencial en el segundo nivel y en el tercero un ático. Posteriormente en la década del 30 del pasado siglo 20 pasó a la compañía norteamericana SEARS. Después del triunfo revolucionario se nacionalizó y fue convertido en un Mercado de Artículos Industriales.

Esta construcción de indudable majestuosidad, acoge en su segundo nivel a la Oficina del Conservador de la Ciudad desde el 2008 y aún se puede observar los múltiples detalles decorativos que deja patente el principio del respeto por el orden y la preocupación por la imagen proyectada hacia los espacios públicos, ejemplo de ello son las dos V entrelazadas que se observan sobre los arcos de medio punto a manera de elementos decorativos, las mismas representan las iniciales del gerente fundador Vicente Villar, utilizados por el deseo del dueño de perpetuar su nombre y que el mismo trascienda a la posteridad.

Aún esta joya de valores arquitectónicos e históricos desafía el tiempo desde la esquina de San Fernando y Hurruitinier abriendo sus puertas a la misma función social que la ha caracterizado, comercio.

FOTO:ARCHIVO OCCC