Federico Fernández Cavada y Howard.
En Cuba la Guerra de los Diez Años, también conocida como Guerra Grande acogió entre sus protagonistas a un General del Ejercito Libertador que nació en esta tierra del centro sur de Cuba, Cienfuegos, el 8 de julio de 1831: Federico Fernández Cavada y Howard.
Con tan solo 8 años de edad y al fallecer su padre, se traslada en compañía de su madre hacia los Estados Unidos, estableciéndose en la ciudad de Filadelfia donde se gradúa de Ingeniero Civil. (TR) Al poco tiempo se motiva por la arquitectura y la pintura, obteniendo algunos éxitos en esta última. Cuando decide prepararse para viajar a Europa y consolidar sus conocimientos en estas artes, los Estados Unidos entran en la Guerra de Secesión que sobrevino entre los estados del norte y el sur de la unión americana, lo que lo obliga a cambiar el rumbo y entrar al ejército donde alcanza en 1863 el grado de Teniente Coronel. En ese mismo año, en la Batalla de Gettysburg, cae prisionero y es conducido a la ciudad de Virginia donde sufre cautiverio por varios meses. A pesar del encierro su instinto creativo no lo desampara y a petición de sus compañeros escribe el libro “Experiencias de un prisionero de guerra” que es publicado posteriormente. Ya puesto en libertad renuncia a su cargo y determina venir a nuestro país para recuperar su salud.
Al llegar a la isla de Cuba, fue nombrado Cónsul de los Estados Unidos en Trinidad. Es en esta propia villa, en 1868, cuando abandona su cargo y junto a otros cubanos responde al llamado del padre de la Patria Carlos Manuel de Céspedes, de luchar por la independencia de Cuba. Comenzaría así otra epopeya para este descendiente de los fundadores de la colonia Fernandina de Jagua. Fue nombrado General del Distrito de Trinidad y después General en Jefe de Las Villas. Pasa el tiempo y el gobierno cubano lo designa Jefe del Estado Mayor de las fuerzas revolucionarias. Aunque su intrepidez lo mantenía firme en varios combates, es herido en uno de éstos por un proyectil que le atraviesa un pie, inutilizándolo para la vida militar. A pesar de su limitación decide salir de la isla y cumplir una misión del estado revolucionario cerca del gobierno americano y así curarse de sus heridas y recobrar la salud, pero la suerte lo abandona y es hecho prisionero en Cayo Cruz por marinos del cañonero “Vigia”. A pesar que la diplomacia norteamericana intervino para librarlo de la muerte, es fusilado el primero de julio de 1871 en la ciudad de Puerto Príncipe, actual Camaguey. A su cadáver le fue negada la sepultura en el cementerio y hasta el presente se ignora el lugar donde reposan sus restos.
En el boulevard de La Perla del Sur, Cienfuegos, exactamente en la fachada del restaurante “La Verja”, existe una tarja donde indica que en ese lugar estuvo ubicada la casa de la familia Fernández Cavada y Howard, la misma que donó los conjuntos escultóricos de los leones que marcan la entrada Este del Parque José Martí, núcleo fundacional de lo que es hoy la Linda Ciudad del Mar.
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